El management de los asaltantes
Un
delincuente nos enseña cómo ser un gerente eficaz
Por Jim Wall
"Para hacer un trabajo con éxito, lo más importante es elegir bien a la
gente. Necesito tipos que sepan controlarse cuando están bajo presión.
Que no se pongan colorados ni empiecen a los gritos". "No se puede asaltar
un banco gritando. Hay que entrar tranquilo, diciendo 'esto es un asalto,
queremos la plata y nada más. Todos tranquilos, no molestamos a nadie y nos
vamos enseguida'. Entonces el gerente dice 'está bien. No lastimen a
nadie'".
La
elección del equipo
"Siempre tengo un grupo de gente entre quienes puedo elegir. Prefiero a
tipos de buena reputación, o con quienes ya haya trabajado antes. Lo más
valioso es la lealtad y la confianza. Cuando confiás en alguien, no te tenés
que estar dando vuelta para ver si todavía está en su lugar".
"Por ejemplo: si le digo 'escuchame: apuntale a ese tipo y tenelo quieto',
el tipo lo va a hacer. Y si la cosa se pone fea, le va a tirar. Esa es la
cuestión. Y no va a hacer que el tipo entre en pánico. No hay que pegarle a
la gente en la cabeza, porque no saben más lo que esta pasando y se ponen a
patalear y a gritar, y antes de que te des cuenta empezaste a los balazos".
"A veces hacemos un ensayo, para que cada uno sepa lo que tiene que hacer.
Eso les da confianza en ellos mismos y en vos".
Trabajando
con otras personas
"A veces trabajo con gente, pero prefiero hacerlo solo. Si me equivoco,
si me agarran, si me buchonean, la responsabilidad es mía. Si mando a cinco
tipos y algo anda mal, pueden matar a dos y meter a tres en la cárcel por mi
culpa". "Si te ponés a liderar un grupo, es porque no tenés más remedio:
necesitas más manos para manejar el auto, para sostener otro fierro o para
estudiar el lugar. O necesitás cerebro, como por ejemplo para abrir una caja
fuerte".
"A veces después de un golpe un tipo se asusta y empieza a hablar. Entonces
tenés que sacarlo de circulación y eso complica mucho las cosas".
"Me gusta andar solo, porque así se vive más fácil. Ser líder trae mucha
tensión. Tenés que planificar, ocuparte de la gente, cuidarlos. Tenés que
encontrar suficientes golpes para mantenerlos ocupados".
"Fijate, el líder tiene que conocer bien su tema, los asaltos, para que lo
respeten. Como yo hice tantos, aprendí todos los trucos. Por ejemplo, si te
estoy amenazando tengo que poner algo entre vos y yo. Puede ser un
escritorio, lo que sea, pero cuando te esto apuntando si hay algo entre vos
y yo lo vas a pensar dos veces antes de hacer algo. Vas a dudar sobre qué
hacer. Por eso siempre trato de tener algo entre vos y yo. Pero me fijo muy
bien de que te pueda ver, que te vea siempre las manos. ¿Te das cuenta?
conozco bien mi oficio".
Cómo
lograr el compromiso
de las personas
"La gente que manejo tiene que estar comprometida con el golpe. Tengo
que mostrarles que sé de qué estoy hablando, y sobre todo les tengo que
hacer notar todo el tiempo que hay motivos para que yo sea el jefe".
"Pero si vos trabajás conmigo y tenés una buena idea, tengo que tenerla en
cuenta. No me rebajo por hacerte caso a vos. Tengo mis planes para los
asaltos, y si uno de los muchachos tiene una idea que me sirve, la tomo. Si
no, la descarto. En el negocio del crimen no tenés un departamento de
investigación y desarrollo. No podés aprender por prueba y error".
"Tengo que saber lo que la gente quiere. Este tipo quiere esto. Este otro
quiere aquello. Y este quiere estar cerca mío porque quiere la tajada más
grande. Entonces trato de que empuje a los otros dos, que los haga rendir
más para que pueda acercarse a mí. Yo manejo a la gente dándoles lo que
quieren. Siempre trato de saber lo que quieren sea lo que sea. Cuáles son
sus deseos secretos. Si los descubro y puedo satisfacerlos, nos movemos sin
problemas. Si no, pierdo".
Cómo
resolver
imprevistos
"Entonces tenés el plan para el asalto y necesitás la tropa . Consigo a
la gente que sé que puede hacerlo, y tengo que mantenerlos ocupados. Es un
trabajo de veinticuatro horas por día. Si no los mantengo ocupados, otros me
los afanan".
"Tenés que hacer todo esto, pero de todos modos se te
presentan problemas, como el de tocar a las mujeres en los asaltos. Ya es
suficiente trabajo manejar el asalto para andar ocupándome de que mi propia
gente se ponga a joder con las mujeres. Como esa vez que asaltamos un bar y
tuve que ordenar a todo el mundo que se saque la ropa. Bueno, tenía un pibe
de diecinueve años, muy bueno, que siempre andaba toqueteando a las mujeres.
Antes del asalto le dije 'tocás a una mina y te reviento'".
"Asaltamos el bar, y justo cuando nos íbamos hay un accidente afuera. La
policía llega en seguida y bloquea los autos que teníamos para escapar.
Teníamos que mantener la calma. No podíamos largar a la gente, ni permitir
que se pusieran a chillar. Entonces hago que todo el mundo se saque la ropa
y la amontono en un rincón. El pibe mira a unas minas jóvenes, y sé lo que
está pensando. Le muestro el "fierro", y recibe el mensaje clarito. No toca
nada".
"Salgo por la puerta de atrás y veo un viejo Chevy marrón al final de la
cuadra. Entro y digo '¿de quién es el Chevy? Denme las llaves rápido y nos
rajamos'". "Todo terminó bien". .
Jim Wall,
profesor de management en la Universidad de Missouri, entrevistó a
dirigentes en diversos campos acerca del tema del liderazgo. Esta nota es la
reproducción de una entrevista realizada a un jefe de bandas armadas. Fue
publicada en Bosses por Lexington Books. Damos las gracias al Prof. Wall y a
la editorial.