El poder de lo simple
Luchando contra la sobrecarga de información
Por Jack Trout
Cuenta Jack Trout en su libro "EL PODER DE LO SIMPLE" que un artículo
aparecido en USA Today comentaba que no es la edad la causa principal de
la pérdida de memoria. Es la sobrecarga de información. Su premisa era
que nuestras mentes son como las memorias de una computadora y nuestros
discos están llenos.
Esta abundancia excesiva afecta a nuestra vida personal, dice el afamado
autor. Hace unos años, lo único que hacía falta recordar era el número
de teléfono y la dirección. Hoy hay que agregar el número de
identificación fiscal, los códigos de la alarma antirrobo, el teléfono
móvil, la dirección del correo electrónico, el número de fax, los
códigos de la tarjeta telefónica, los números personales de las tarjetas
de crédito, etcétera.
Los dígitos están desplazando a las palabras.
El truco para que la mente trabaje a máxima velocidad y eficiencia es
REDUCIR LA INFORMACIÓN.
Hay incluso quienes piensan que la sobrecarga de información va a
convertirse en un problema médico. Leonard Riggio, Director General de
Barnes & Noble (la cadena de librerías más importante de Estados Unidos)
, piensa que en el siglo 21 la gente tendrá que tomar pastillas que le
ayuden a vaciar la mente. "Perder ideas y olvidar información será
equivalente a perder kilos y ponerse a dieta", dice Riggio.
Nosotros tenemos algunas sugerencias para REDUCIR LA INFORMACIÓN DESDE
AHORA MISMO, para que la mente pueda trabajar rápido y bien.
Aunque pueden parecer consejos más que simples, dan pistas para cruzar
esa "niebla de sobreinformación":
¿Cuáles son las
fuentes de información más importantes para el trabajo?
La primera cuestión es aceptar que no se puede absorber todo lo que
uno cree que debe saber. Una vez que se supera este escollo mental, las
cosas son más fáciles. En la medida en que se limita el contenido, se
prende a saborearlo más. Hay que ser despiadado cuando se trata de
reducir el "ruido". Se debe despejar el camino para las cosas
importantes.
Se puede empezar dedicando un par de horas para decidir cuáles son las
fuentes de información más importantes para el trabajo y para
estructurar el "servicio de inteligencia" que hace falta para
obtenerlas.
Hay que identificar lo que es más importante y leer eso primero, y
deshacerse de todo lo que sea marginal.
Y cuando es uno mismo el que comunica, hay que ser lo más económico
posible en lo que se escribe, se publica, se emite o se envía por correo
electrónico.
Qué
hacer con la información impresa
Cuando se lee un artículo, subrayar o destacar cualquier cosa que
interese. (Si no hay nada subrayado o destacado cuando se termina de
leer, hay que tirarlo).
Tener siempre a mano una carpeta de artículos o de publicidad con la
referencia "Parece interesante". Es bueno para los viajes en avión.
Cuestione cada hoja de papel que guarda, tiene que haber alguna razón
para guardarla. Si sobrevive al análisis, métala en un montón "pendiente",
envíela a alguien o archívela.
Un Director de alto nivel debe exigir que todos los informes que le
lleguen tengan un resumen de un párrafo o una página. Si no lo tienen,
debe devolverlos.
Cada viernes, los que le tienen que informar deben poner en una página
las cosas importantes que han pasado durante la semana, y su significado
para el negocio.
Qué
hacer con el correo electrónico
La mayor virtud del correo electrónico es que es barato. Pero ése es
también su mayor defecto (y peligro). Se suponía que el correo
electrónico iba a acercarnos a la oficina "sin papeles". En lugar de
ello parece que ha sustituido a memos escritos, que al menos tienen
algún trabajo de elaboración, por tonterías por vía electrónica. Cada 60
segundos hay alguien en la empresa que transmite algún resoplo mental.
Conviene reducir la carga de antemano. No es práctico incluir el e-mail
en la tarjeta de visita. Hay que dárselo sólo a las personas que deben
tenerlo.
Conviene acostumbrarse a abrir el correo electrónico sólo a horas
determinadas, cuando empieza el trabajo o al final del día.
Las respuestas deben ser breves. Quéjese a quienes envían mensajes
largos o correos de voz demasiado prolongados. Pida a los amigos que no
envíen adivinanzas, chistes o chismes. .
Finalmente, RECUERDE:
1. Hay una gran diferencia entre datos e información.
2. se puede crear cierta adicción a las fuentes de información
favoritas.
3. Ya no hay que ser una "rata de biblioteca". Hoy se puede conseguir
mucha información por vía electrónica.
4. La mayoría de los mensajes no son tan urgentes como el remitente
cree.
5. Separar siempre los mensajes urgentes de los que no lo son.
6. Responder siempre de forma breve y directa. No conviene incluir más
ruido que señal.
Síntesis extraída del libro de Jack
Trout - "El Poder de lo Simple" . Gracias!