Wal-Mart respondió a Katrina mejor que
el gobierno de USA
Los 126 locales cerrados por
el huracán volvieron a funcionar
rápidamente
Por Ann Zimmerman y Valerie Bauerlein
FEMA, la Agencia Federal para el Manejo de
Emergencias de Estados Unidos, podría aprender algunas cosas de Wal-Mart.
El miércoles 24 de agosto, cuando la clasificación de Katrina pasó de
tormenta tropical a huracán, Jason Jackson, el director de continuidad de
negocios de la cadena minorista, comenzó a acampar en el centro de comando
de emergencias de Wal-Mart. Para el viernes, cuando el huracán llegó a
Florida, Jackson estaba acompañado de 50 gerentes y personal de apoyo de Wal-Mart,
desde expertos en camiones hasta especialistas en prevención de pérdidas.
El domingo, antes que el huracán tocara tierra en la costa del Golfo de
México, Jackson ordenó a las bodegas de Wal-Mart entregar una variedad de
provisiones de urgencia, desde generadores a hielo seco y agua embotellada,
a áreas de almacenamiento designadas para que las tiendas de la compañía
estuvieran en condiciones de abrir rápidamente si ocurría un desastre.
Luego, cuando el huracán dejó fuera de combate al sistema computarizado de
Wal-Mart que se encarga de actualizar los inventarios en la zona, Jackson
atendió las llamadas de las tiendas de la compañía para saber lo que
necesitaban. También alertó a un equipo de reabastecimiento para que
ordenara más productos esenciales, como trapeadores y Clorox.
Para el martes, una gran cantidad de camiones de Wal-Mart, algunos
escoltados por la policía, fueron enviados a entregar 40 generadores y
toneladas de hielo seco a sus tiendas que habían perdido el suministro de
electricidad, a lo largo del golfo.
Katrina es el mayor desastre natural que han tenido que enfrentar Wal-Mart y
el ejecutivo a cargo de poner a las tiendas a funcionar. Inicialmente, 126
de las sucursales, incluyendo 12 en el área metropolitana de Nueva Orleáns y
dos centros de distribución, fueron cerrados porque se encontraban en el
trayecto de Katrina. Más de la mitad de las sucursales terminó perdiendo
electricidad, algunas se inundaron y 89 reportaron daños.
Pero el viernes pasado todas, a excepción de 15 de las tiendas paralizadas,
habían vuelto a abrir sus puertas. Wal-Mart frecuentemente ha vencido a FEMA,
sacándole días de ventaja en la carrera por llenar camiones con suministros
de emergencia para los socorristas y los ciudadanos, cuyas vidas fueron
trastornadas por el huracán.
La rapidez de la respuesta de Wal-Mart a Katrina subraya hasta qué punto
ésta y otras minoristas como Home Depot Inc. se han convertido en actores
importantes a la hora de reaccionar a desastres naturales. Mientras que FEMA
tiene que buscar sus recursos, Wal-Mart, con sede en Bentonville, Arkansas,
tiene sus propios camiones, centros de distribución y docenas de tiendas en
la mayor parte de EE.UU., así como un protocolo específico para responder a
los desastres. Además, puede activar un centro de comando de emergencias
para coordinar una respuesta inmediata.
Jackson, de 33 años, quien tiene un título en manejo de emergencias y una
maestría en manejo de seguridad, es el encargado de la logística de Wal-Mart
para, además de proveer los suministros, revivir rápidamente sus ventas en
las áreas azotadas por huracanes, tornados o inundaciones.
"La gente sabe que puede conseguir lo que necesita en Wal-Mart", dijo
Richard Stinson, gerente de Wal-Mart en Laplace, Luisiana, mientras caminaba
por los pasillos de su local repleto de clientes a finales de la semana
pasada. "Es debido a lo que podemos proveer, nuestra habilidad de llevar la
mercancía a la tienda y de colocarla en los estantes." Aun así, anota,
todavía hay objetos como trapeadores para pisos inundados, platos y vasos de
papel, medias, ropa interior, o colchones de aire, que él no puede mantener
en los estantes.
La tienda, que está en la avenida principal de Laplace, perdió el suministro
de electricidad y agua durante la tormenta, como todos sus vecinos en los
suburbios de Nueva Orleans. Stinson hizo su primera llamada desde su celular
al número del centro de emergencia de Jackson. El centro le envió seis
empleados de prevención de pérdidas que ayudaron a asegurar la edificación y
la mercancía con ayuda de los alguaciles locales que cuidaron la tienda
durante las primeras noches sin luz.
El centro de emergencia también hizo los arreglos para enviar generadores y
la lista de necesidades inmediatas de Stinson.
Laplace, unos 48,2 kilómetros al oeste de Nueva Orleans, sufrió pocos daños
e inundaciones en comparación con otros lugares pero se convirtió en un
refugio para evacuados que fueron fuertemente golpeados por el huracán. El
centro también proveyó alimentos como cereales, galletas y agua a los
refugios del área.
La electricidad regresó a la tienda cuatro días después del paso de Katrina.
Pocos empleados se presentaron a trabajar pero esto rápidamente cambió,
desde dos empleados que inmediatamente regresaron después de la tormenta
hasta 200 al final de la semana pasada, de un total de 407. Algunos
trabajadores llegaron de otras tiendas, incluyendo a Stephen Cortez, un
trabajador del Sam’s Club, propiedad de Wal-Mart y que había cerrado por
estar ubicado en el golpeado Metairie, otro suburbio de Nueva Orleans.
La tienda, al igual que otras por toda la costa del golfo, tiene filas de
gente esperando entrar. A fines de la semana pasada, más de 100 personas
esperaban bajo una temperatura de 35 grados centígrados para su turno para
comprar.
La tienda no vendió su pequeña cantidad de hielo, en cambio la usó para
enfriar agua para los clientes que estaban esperando. Algunos alguaciles
locales cuidaban la fila para evitar que la gente entrara en forma
desordenada. A petición de las autoridades locales, el local de Wal-Mart no
vendió bebidas alcohólicas en los primeros tres días después de abrir.
Edmond Collins Jr., de 37 años, y su esposa, Kywana, de 29, han ido a la
tienda todos los días para aprovisionarse de suministros para su familia y
las 14 personas que se están quedando en la casa de su primo. "Sólo estamos
comprando comida para sobrevivir", dice Collins.
Mientras Jackson continuaba dirigiendo los camiones hacia nuevas rutas y
recibiendo llamadas que pedían suministros de emergencia en los días
posteriores al paso de Katrina, también estaba monitoreando una tormenta en
desarrollo cerca de la costa de Japón, donde Wal-Mart tiene una
participación de control en la cadena minorista Seiyu. El fin de semana que
pasó, Jackson estuvo nuevamente pegado a su computadora, esta vez vigilando
a Ofelia, cerca de la costa de Florida.
Aparte de reponer la mercancía en sus tiendas, Wal-Mart ha donado US$ 3
millones en suministros básicos como pañales y cepillos de dientes a centros
de ayuda en tres estados. La Guardia Nacional de EE.UU. y las agencias de
socorro también "requisaron" 20 camiones llenos de agua y otras mercancías,
según un socorrista federal que optó por el anonimato.
El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. pagará a Wal-Mart US$5
millones por esa mercancía y tiene un contrato para pagar por más
suministros.
El comisario Bob Buckley de Union Parish, Louisiana,
sólo tiene buenos comentarios sobre el papel jugado por Wal-Mart. Cerca de
600 socorristas de todas partes del estado se reunieron en la localidad de
Gonzalez para comenzar las operaciones de rescate, relata, pero no tenían
suministros.
Ellos llamaron a Wal-Mart el día después que el huracán los azotó y dos
días después recibieron dos camiones con linternas, baterías, comidas listas
para consumir, municiones y ropa protectora.
¿Y cuándo llegó FEMA? "¿Quién?", pregunta el
comisario Buckley.
Articulo de The Wall Street Journal ( www.wsj.com
) de autoria
de las periodistas Ann Zimmerman y Valerie Bauerlein. Gracias a todos!