Cuánto cuestan las
falsas alarmas
El siguiente material es la respuesta por
e-mail de Carlos Reisz sobre un tema siempre candente, que
reproducimos por considerarlo de valor para otros Colegas del sector
El costo de las falsas alarmas para las instituciones
publicas
Cada falsa alarma, atendida en la estación de Policía, unidad de orden
publico, comisaría o precinto, moviliza una cadena de sistemas y
personas, cuyo costo global es de aproximadamente U$S 100,- (datos de
2006).
Si tomamos la estadística de falsas alarmas atendidas por la Policía
Federal Argentina en el territorio de la Capital Federal (Distrito
Federal), con una población promedio en horas pico, de 9.000.000 de
ciudadanos de los cuales alrededor de 1,7 millones tiene algún sistema
de aviso de emergencias y/o alarmas monitoreadas y, además teniendo en
cuenta las llamadas telefónicas requiriendo auxilio, realizadas por
bromistas, o sea hechos inexistentes, en los años 2002 al 2005 se ha
dado la siguiente estadística:
Año |
Falsas alarmas
de Monitoreo |
Falso aviso
a las Autoridades |
Costo PFA por
monitoreo en U$S |
2002 |
44.678 |
7.165 |
4.467.800 |
2003 |
34.990 |
5.345 |
3.499.000 |
2004 |
50.714 |
4.401 |
5.071.400 |
2005 |
36.890 |
4.889 |
3.689.000 |
Como puede verse, el costo directo
total en la Ciudad de Buenos Aires por falsas
alarmas 2002 / 2005
fue de 16.727.200 U$D.
Con este dinero, en
Argentina se podrían haber comprado 558 nuevos autos patrulla, o
17.000 nuevos uniformes, o 15.000 chalecos antibala, o armas y
municiones para 10 años, para todo el personal Policial o el
equipamiento de los Bomberos Federales de toda la Argentina.
En estos costos no se tiene en cuenta el pago de indemnizaciones por
daños resultantes de la actividad Policial normal.
Como al presente aun no se cobra en la Policía ni en los municipios,
por las falsas alarmas ninguna multa de acción directa, se esta
dejando de recaudar por primer falsa alarma, la suma de U$S 2.000.000
por año, cosa que no sucede en otros países donde la primer falsa
alarma la paga el usuario o la empresa de alarmas, a un costo de U$S
50 y por la cuarta en adelante, alrededor de U$S 100.
Costo de las Falsas Alarmas para la actividad
comercial privada
Hay costos directos y otros costos intangibles pero cuyo resultado
económico es más importante que los directos.
Los costos directos de las falsas alarmas son:
tiempo utilizado para recibir la alarma y dar aviso a las
autoridades; tiempo empleado para determinar si es una alarma real o
falsa y en caso de duda, enviar el aviso a las autoridades; movilizar
a los "verificadores de alarmas" o "acudas" a la casa del cliente.
Llevar una bitácora de las falsas alarmas, para analizar soluciones o
conformar a las autoridades si estas disponen que las empresas
prestadoras de estos servicios deben trabajar en la solución de las
falsas alarmas. Modificar las instalaciones de los clientes y cambiar
los procedimientos de instalación en los nuevos abonados para
disminuir las FA. Este costo se calcula sobre la base de las
horas-hombre invertidas y el costo de los materiales de consumo
utilizados y que no pueden ser facturados al cliente.
Los costos indirectos
de las falsas alarmas, más dañinos aun que los anteriores,
son:
Insatisfacción del cliente, por no entender como la empresa que
contrato, no tuvo el talento necesario para entrenarlo en el uso de su
alarma; cometer errores repetidos por parte del usuario, hacen que
este comience a culpar a la empresa proveedora del "mal
funcionamiento" de su alarma (en los aspectos operativos);perdida de
credibilidad de los clientes, hacia su proveedor de servicio, que
deriva en una mala imagen, cuando se hace circular el rumor de que se
trata de una empresa sin profesionalismo o en riesgo de no dar
servicio pos-venta adecuado. Perdida de clientes por insatisfechos y
enojados por tener que pagar multas o ser protagonistas de
procedimientos policiales sorpresivos, sin motivo aparente, etcétera.
Qué
motivos ocasionan las falsas alarmas
Son múltiples; entre ellos
se encuentran descuido del cliente; mal entrenamiento del usuario; mal
entrenamiento de los operadores del Centro de Recepción de Alarmas;
instalaciones de alarma con deficiencias en el proyecto o sin respetar
los Códigos de Practica, uso de equipamientos y dispositivos de baja
calidad, mano de obra deficiente y varios otros motivos.
Y estos motivos se contrarrestan revirtiendo estas razones, lo que
puede hacerse.
Nota: Para quienes necesiten estadísticas, las deben
buscar en la información del Instituto de Estadística y Censos de cada
país en particular, o en las Cámaras y Asociaciones Profesionales
de seguridad. Por ejemplo en Argentina pueden hacerlo
en CEMARA ( info@cemara.org.ar
) o CASEL ( info@casel.org.ar
).
Carlos F. Reisz, ya fallecido, fue un
colega descollante y persona ejemplar
(Gracias, Carlos!). Y si bien las cifras de esta nota han quedado
desactualizadas, brindan un primer panorama del alcance y costo de
este fenómeno que no deja de preocupar.