Seguridad de los empleados: El riesgo público
Un
riesgo ocupacional importante, que debe ser considerado tanto por los
responsables de la seguridad como por los de la salud en las empresas
Por Guillermo González Mendigaña
América Latina es una región en la que los ambientes son diversos, y
las culturas muy variadas.
Por esta y otras razones, la penetración de conductas violentas
copiadas de los conflictos del mundo moderno y adaptado a nuestras
crisis sociales y de valores, es una situación predecible pero muy
difícil de contener.
Nuestra sociedad la conforman, entre otros elementos, las empresas que
no han podido ser ajenas a este tipo de conductas violentas, viéndose
afectadas de manera directa o indirecta por actos de agresión externa
a sus instalaciones, o por conductas internas relajadas, y que son ya
parte de nuestra cultura.
Cuáles
son las amenazas que pueden afectar a los trabajadores
De manera directa, los trabajadores se pueden ver afectados por cuatro
tipos de amenaza:
Una de agresión externa en contra de la empresa, en donde el
trabajador es simplemente una víctima incógnita, indirecta y
presencial. Los atentados a las instalaciones de las empresas, o los
atracos armados a las oficinas de atención al público, son dos de los
tipos de agresión criminal más común.
Un segundo tipo de amenaza, se produce en razón de su cargo,
que lo convierte en un elemento atractivo al agresor. Los ejecutivos
de primer nivel en las empresas, representantes legales, ó Directores
de área que son visibles por las responsabilidades implícitas del
cargo, son el blanco más frecuente.
Sin embargo, aquellos empleados quienes desempeñan funciones
importantes en términos de manejo de información clave, o que lideran
procesos productivos especiales, no son ajenos a este tipo de
agresión: pensemos en Jefes de sistemas de información, asistentes de
gerencia, grupos de recursos humanos, jefes de producción etc.
Una tercera individual y selectiva, producto de hábitos
personales y situaciones de su ambiente sociofamiliar. Este tipo de
conducta generalmente es producto de un resentimiento personal o un
ajuste de cuentas. Las motivaciones del agresor pueden ser muy
variadas, van desde el simple interés económico para obtener un dinero
rápido, hasta el uso de las vías de hecho para resolver un conflicto.
Una cuarta es indiscriminada, consecuencia de estar en el
momento menos oportuno, en el sitio menos adecuado y a la hora menos
indicada. En la permanente dinámica de un ambiente de tensión en el
que vivimos, los actos terroristas, por ejemplo, son impredecibles y
se pueden presentar en cualquier lugar del área urbana, en donde
nuestros “trabajadores de calle”, - mensajeros, representantes
técnicos o comerciales etc. - se pueden ver afectados.
Pero, otro tipo de agresiones con objetivos diferentes, como atracos
callejeros, pueden involucrar involuntariamente a este tipo de
colaboradores.
Las lesiones y los daños psicológicos de este tipo de eventos, son
accidentes de trabajo, y deben ser considerados como tales, en la
gestión de los responsables de los programas de salud ocupacional en
las empresas.
Por estas razones, las empresas han debido involucrar dentro de sus
actividades de prevención, un riesgo que han decidido enmarcar dentro
de los riesgos psicosociales y que hemos denominado “RIESGO PUBLICO”,
que se refiere básicamente a todos aquellos factores de riesgo
derivados de situaciones de agresión intencional de seres humanos
contra seres humanos, contra intereses privados de las personas, ó,
contra algunas comunidades (actos delictivos), y en los que se vean
involucrados trabajadores de manera directa o indirecta, y que
produzcan lesiones generando una incapacidad temporal o permanente.
El impacto es de todo orden. En los trabajadores las consecuencias de
lesiones físicas son muy importantes, pero las secuelas psicológicas
son mayores. Se pudiera pensar que la frecuencia de este tipo de
factores de riesgo es baja, pero la severidad es muy alta, lo que
dispara cualquier índice y desestabiliza cualquier buen resultado en
un programa de prevención de accidentes.
Sin embargo, este tipo de conductas hacen parte ya de nuestra cultura,
lo que significa que la frecuencia tiende a aumentar paulatinamente.
Los presupuestos para afrontar de manera eficiente un evento son
difíciles de calcular, y las pérdidas para las empresas terminan
siendo muy importantes.
Dentro de los factores de riesgo mas frecuentes del “RIESGO PÚBLICO”,
podemos mencionar:
- El secuestro.
Hasta hace algunos años, en Colombia, el secuestro fue el riesgo
de mayor impacto en las empresas, considerando que sus ejecutivos eran
el blanco mas frecuente. Hoy por hoy, y con las medidas de las
autoridades esta frecuencia ha bajado, pero las modalidades han
cambiado habiéndose extendido su incidencia a las poblaciones de
trabajadores de casi todos los niveles, por intereses o cifras
económicas menores, con desenlaces más rápidos. Si bien las
estadísticas de las autoridades muestran disminución de los hechos
conocidos, también es cierto que la frecuencia puede haber aumentado
porque los eventos actuales son de menor importancia, por intereses
menores a los ya conocidos, y como parte de una conducta que no llega
a conocimiento de las autoridades, por su menor impacto en la opinión
pública. Debemos mencionar, por ejemplo, el llamado “Secuestro
Express” al que están mas expuestos los transportadores, vendedores –
cobradores, y visitadores comerciales. “La pesca milagrosa”, que
aunque en la actualidad han sido menores los casos conocidos, no deja
de estar afectando algunas de las carreteras de nuestra geografía
quemando camiones, saqueando mercancías y robando pasajeros.
- La extorsión.
El comienzo de cualquier tipo empresa, legal o ilegal, requiere de
unos recursos, que para actividades delincuenciales o propósitos de
agresión, son obtenidos de manera más fácil y rápida a través de la
extorsión. La extorsión está siendo, en Colombia, también una forma de
vida para aquellos quienes han pertenecido a organizaciones al margen
de la ley, y que hoy se encuentran aparentemente retirados, o
reincorporados a la sociedad. Este riesgo es hoy el de mayor
frecuencia en las empresas, y que está afectando de manera más directa
a los trabajadores. La falta de oportunidades en la economía formal ha
motivado la creación y el fortalecimiento de economías informales que
a su vez, han ido cultivando conductas relajadas. El paso de la
economía informal a la delincuencia es muy corto, y la extorsión ha
sido uno de los medios más fáciles para robustecer capitales de la
economía informal, y la economía delincuencial. Se ha dicho que “la
extorsión es la cuota inicial de un secuestro”.
- Atentados.
Últimamente no han sido tan frecuentes, sin embargo, el acto
terrorista en contra de la Escuela superior de guerra, en Bogotá, en
la que estuvo afectada también la Universidad Militar, el ocurrido en
Villavicencio, y el intento en Fusagasuga, son tres ejemplos, de que
este tipo de actos, forman ya parte de nuestra cultura; y en la
dinámica del día a día empresarial podemos estar expuestos en
cualquier momento. Las lesiones causadas a personas desprevenidas y
trabajadores propios de cada instalación afectada o de las
instalaciones vecinas, pueden constituir un accidente de trabajo. Los
mítines, las asonadas, los disturbios, las tomas delincuenciales, y/o
los ataques callejeros, en las que de manera directa o indirecta se
vea involucrada una instalación física de una empresa y unas personas,
muy seguramente producirá lesiones y ausentismos en los trabajadores,
además de los costos no calculados y las pérdidas a las empresas.
- El atraco.
Dependiendo del objeto social de la empresa, y de las actividades
que desarrolla, el atraco tiene mayor o menor incidencia en los
riesgos de los trabajadores. Desde una ventanilla de atención al
público en donde se recaudan dineros, pasando por actividades de
mensajeros, cobradores, vendedores y transportadores, hasta ejecutivos
víctimas de este tipo de agresión por el atractivo económico de su
vehículo asignado. En algunas ocasiones, el atraco ha sido el punto de
partida de una extorsión o un secuestro, cuando durante el evento de
agresión se hacen visibles tarjetas de presentación u otros elementos
que evidencian la importancia de la victima, convirtiéndolo en un
valor agregado para los intereses de la delincuencia. A través de la
historia de nuestras sociedades, el atraco ha sido la conducta
delincuencial mas común, pero igualmente es el riesgo de agresión mas
frecuente en causar lesiones severas.
- Los delitos internos.
Existen algunas conductas internas en las empresas consideradas
como delitos y que desencadenan riesgos ocupacionales por el desenlace
en resentimientos individuales, producto de conductas irregulares o el
descubrimiento y el miedo a la investigación administrativa de tales
irregularidades. Me refiero a fraudes, estafas, comportamientos
corruptos, y otras conductas. Estas situaciones son incubadoras de
otras que pueden terminar en actos de agresión, por muy variadas
razones. La relajación moral de algunos de nuestros ejecutivos,
funcionarios, mandos medios y trabajadores, y sus propósitos de dinero
fácil estimulan la participación de otros trabajadores en actos
internos ilícitos que a su vez terminan involucrando de manera ingenua
a personas, que al ser descubiertas, pueden desbordar en
comportamientos agresivos en contra de sus motivadores.
- Violencia en el puesto de trabajo.
Pensemos por un momento en conductas individuales internas, de
trabajadores en contra de otros trabajadores, o de superiores sobre
sus gobernados y viceversa, en las que por razones e intereses
individuales se ejercen presiones indebidas que se pueden materializar
en agresiones directas, y que al final pueden ser considerados como
accidente de trabajo. Me refiero a agresiones directas, presiones
psicológicas, o sabotajes para disfrazar accidentes. Los casos más
frecuentes han sido en contra de funcionarios de recursos humanos en
quienes es más visible la responsabilidad de decisiones de
contratación, promoción o despidos. Casos (…) tenemos para mencionar,
desde un director de recursos humanos que fue agredido en su oficina
con un arma de fuego por un escolta a quien se le había despedido; un
funcionario de recursos humanos de un cultivo de flores a quien lo
esperaron en una vía rural para agredirlo y destrozar su vehículo, por
haber firmado unas sanciones; hasta intimidaciones a jefes de
selección para presionar decisiones de contratación. Los medios
violentos, en nuestra cultura, para lograr objetivos individuales son
cada vez mas frecuentes, al punto, que en los colegios los niños se
valen de armas blancas y otros elementos de agresión, para buscar el
respeto a través del miedo, obtener de manera rápida un dulce, ó
satisfacer un antojo.
- Acoso laboral.
Si bien este tipo de conducta y otras similares aún no han sido
consideradas como de “RIESGO PÚBLICO”, no la podemos ignorar.
Situaciones de acoso generan sentimientos de impotencia que se
acumulan con el tiempo y pueden desbordar en conductas agresivas en
contra del acosador o del ambiente en el que se desarrolló este tipo
de conducta. La ley 1010 de Enero 23 de 2006, en Colombia, cuyo objeto
es el de definir, prevenir, corregir y sancionar las diversas formas
de agresión, maltrato, vejámenes, trato desconsiderado y ofensivo y en
general todo ultraje a la dignidad humana que se ejerza sobre quienes
realizan sus actividades económicas en el contexto de una relación
laboral privada o pública; definió el acoso laboral como toda aquella
conducta persistente y demostrable ejercida sobre un empleado o un
trabajador, por parte de un empleador, un jefe, o superior jerárquico
mediato o inmediato, un compañero de trabajo o un subalterno,
encaminada a infundir miedo, intimidación, terror y angustia, a causar
perjuicio laboral, generar desmotivación en el trabajo, o inducir a la
renuncia del mismo.
Existen muchos mitos en esta materia: los Gerentes de seguridad y
protección de las empresas deberán elaborar proyectos que desarrollen
sinergia con los objetivos de los responsables de la salud ocupacional
en materia del control del “RIESGO PÚBLICO”.
Son frecuentes los casos en los que por el afán de resultados y por la
prioridad en la protección de bienes e intereses corporativos se
arriesgan vidas de manera innecesaria.
Tanto las empresas de vigilancia, como los grupos operativos de
protección y seguridad son los trabajadores que se encuentran mas
expuestos a este tipo de riesgos, y en quienes los análisis de sus
puestos de trabajo, programas de capacitación, medidas de protección
personal, entrenamientos específicos y otras herramientas de
prevención, en la práctica, son mas escasos.
El manejo de armas aumenta la exposición al riesgo.
Los accidentes con armas de fuego producto de la falta de
conocimiento, escaso entrenamiento individual, curiosidad, problemas
de mantenimiento, imprudencia en el manejo, ausencia de protocolos de
reacción, planes de emergencia teóricos y no aplicables, etc.. son
cada vez mas frecuentes.
Además, no podemos dejar de mencionar los
problemas legales en curso, por esta misma razón, en los que algunos
de los trabajadores de la seguridad, se encuentran cumpliendo condenas
por delitos culposos, cometidos en su puesto de trabajo..
El “RIESGO PÚBLICO”, es pues un riesgo ocupacional muy importante,
que deben considerar, los responsables de la salud ocupacional en las
empresas; y sobre los que la gerencia debería poner especial cuidado,
pues un pequeño descuido puede generar pérdidas muy grandes y
difíciles de reconstruir.
Guillermo
González Mendigaña es Consultor en control de pérdidas y seguridad de
Colombia. Gracias!