El
equipo de intervención en crisis con toma de rehenes
Cómo se integra el equipo de intervención en crisis con toma de rehenes
Por
la lic. María de Luján Echavaría
Las situaciones de crisis con toma de rehenes, plantean una modalidad de
delito de alta complejidad. La resolución exitosa de las mismas, exige
de una estricta profesionalidad y coordinación por parte de los
integrantes de los equipos de intervención.
La estandarización de los procedimientos representa un esquema
organizativo que permite dar respuesta a estas crisis.
El equipo de intervención se integra de la siguiente forma:
a) El comité de crisis (CC)
b) El equipo de negociación
c) El grupo táctico
Funciones
de cada integrante del equipo de intervención
a) El Comité de Crisis
organiza toda la operatoria y coordinación a aplicar en la zona de
crisis, con el resto de las divisiones especificas. El jefe del comité
será desempeñado por el jefe de la circunscripción de la zona en la cual
se desarrolla la crisis y estará integrado además por los directivos y
jefes que lideren los grupos de intervención. Pasan por ésta comité, las
toma las decisiones. Entre éstas se encuentra la de decidir si declina
la negociación para dar lugar a la irrupción táctica o no.
b) El Equipo de Negociación
se conforma por un jefe de equipo, un negociador
principal, responsable de establecer contacto con el o los captores y
dialogar con ellos a fin de conocer sus demandas, de un negociador
secundario que asiste y apoya al anterior, un técnico en comunicaciones,
un enlace de inteligencia y un asesor psicólogo que brindará orientación
sobre el perfil conductual del captor y las estrategias de abordaje
entre otras funciones.
c) El Grupo Táctico liderado por el
Comandante de los grupos especiales quien, se encargará de la
recuperación de los rehenes mediante un plan de respuesta planificado o
deliberado ante la eventual posibilidad estar en riesgo la vida de los
cautivos..
Limites y alcances de la
negociación en una
crisis con toma de rehenes
La resolución a estos graves incidentes, plantea desde un comienzo, la
posibilidad de una salida negociada, como así también la posibilidad de
dirimir el conflicto mediante el uso de las fuerzas tácticas.
Persiguiendo ambas, el primordial objetivo de salvar vidas humanas. Sin
embargo, el suponer que la única alternativa posible de sacar vivo un
rehén es a través de la negociación, es casi tan arriesgado como suponer
que la irrupción táctica es su pasaporte a la muerte.
La valoración de los riesgos inherentes a la toma de una u otra decisión
posiciona al equipo de negociación en un lugar de absoluta
responsabilidad y exige de un cuidadoso análisis.
El progreso o estancamiento de la negociación va a estar determinado por
indicadores de violencia y peligrosidad determinados por la conducta del
captor hacia los rehenes, el manejo de las demandas además de la
respuesta emocional del captor a lo largo de la crisis.
Es de esperar que en una crisis de buen pronóstico, los indicadores de
progreso se vean como luces verdes en un tablero,
las cuales se van prendiendo en detrimento de las luces rojas,
indicadoras de riesgo, que se van apagando.
El informe psicológico, como así también el informe que hace el
negociador sobre el estado de la negociación, brindan una orientación al
jefe del comité de crisis sobre las decisiones a tomar.
Por otra parte la relación entre el equipo de
negociación y el comandante táctico es muy estrecha ya que se presentan
situaciones donde se deben coordinar funciones. La entrega de alimentos,
la rendición, o la ejecución de un plan deliberado de asalto.
De esta forma vemos que la toma de decisiones en una situación de
crisis con rehenes, resulta de la confluencia de diferentes niveles de
análisis de esa realidad.
Tampoco se trata de extender vacuamente la negociacion en función de
“comprar tiempo” apostando ingenuamente al desgaste emocional del captor
. Concepto que suelen asociar quienes presionan sobre los gerenciadores
de la crisis bajo la directiva de “seguir negociando”...
Finalmente cabe destacar que el profesionalismo de nuestras fuerzas
especiales, nos permiten reunir los atributos
necesarios para garantizar el mejor resultado. Como diría Martín Luther
King:
”Debemos combinar la firmeza de la
serpiente y la suavidad de la paloma”...
La autora de este
trabajo es asesora psicológica del Grupo SWAT de una
Policía Argentina.