Uno de cada cuatro presos del mundo
está en
EE.UU.
Tiene la mayor
población carcelaria del mundo; China ocupa el segundo lugar
Por Adam
Liptak, de The New York Times
NUEVA YORK.- Estados Unidos tiene menos del 5 por ciento de la población
mundial. Pero casi la cuarta parte de los presos del mundo. Estados
Unidos es el país que encarcela más gente en el planeta, un reflejo de
un criterio ante el crimen y el castigo relativamente reciente y ahora
totalmente diferente.
Los norteamericanos van presos por delitos -como librar cheques sin
fondos o consumir drogas- que en otros países rara vez merecen penas de
prisión. Y en particular pasan en la cárcel más tiempo que los presos en
otras naciones.
Los juristas de otras naciones industrializadas afirman que están
desconcertados y asombrados por la cantidad y extensión de las condenas
carcelarias norteamericanas. Por ejemplo, Estados Unidos tiene 2.300.000
criminales entre rejas, más que cualquier otra nación, según datos del
Centro Internacional de Estudios Carcelarios, del King s College, de
Londres.
China, que tiene cuatro veces más habitantes que Estados Unidos, ocupa,
lejos, el segundo lugar, con 1.600.000 presos. Esa cifra excluye a
cientos de miles de personas que se encuentran bajo la llamada detención
administrativa; la mayoría de ellas son a menudo disidentes que se
encuentran en el sistema extrajudicial de reeducación por medio del
trabajo.
San Marino, que tiene 30.000 habitantes, figura al final de la larga
lista de 218 países compilada por ese centro. Tiene un solo preso.
Estados Unidos figura primero, también, en una lista más significativa
del centro de estudios carcelarios, la de los índices de
encarcelamiento. Tiene 751 individuos presos por cada 100.000 habitantes
(si se consideran sólo los adultos, uno de cada 100 norteamericanos está
preso).
La otra importante nación industrializada que incluso se aproxima
bastante es Rusia, con 627 presos por cada 100.000 habitantes. Las otras
tienen índices mucho menores: el de Inglaterra es de 151; el de
Alemania, 88, y el de Japón, 63. El promedio entre todas las naciones es
de casi 125, más o menos un sexto del índice norteamericano.
Los expertos legales norteamericanos y extranjeros señalan una maraña de
factores para explicar el extraordinario índice de encarcelamiento en
Estados Unidos: mayores niveles de delitos violentos, condenas más
severas, un legado de agitación racial, una vehemencia especial para
combatir el narcotráfico, el temperamento norteamericano y la falta de
una red de seguridad social.
Incluso la democracia ejerce cierta función, ya que los jueces -muchos
de los cuales son elegidos, otra anomalía norteamericana- ceden ante las
demandas populistas de imponer justicia con todo rigor. Sea cual fuere
la razón, el margen entre la justicia norteamericana y la del resto del
mundo es enorme y sigue extendiéndose.
El pico de los índices de encarcelamiento norteamericano es bastante
reciente. Desde 1925 hasta 1975, el índice se mantuvo estable, alrededor
de 110 presos por cada 100.000 habitantes. Aumentó considerablemente con
el movimiento para reprimir el crimen hacia fines de los años 70.
El elevado índice de delitos violentos en Estados Unidos, en
parte impulsado por la facilidad para tener acceso a las armas de fuego,
ayuda a explicar el número de personas en las cárceles norteamericanas.
Pero ésa es sólo una explicación parcial. En realidad, Estados Unidos
tiene índices relativamente bajos de delitos sin violencia. Tiene
menores índices de robos que Australia, Canadá e Inglaterra.
Los esfuerzos para combatir el narcotráfico tienen mucho que ver en la
explicación de las largas condenas carcelarias en Estados Unidos
también.
En 1980, había unas 40.000 personas en prisiones norteamericanas por
delitos relacionados con drogas. Actualmente, hay más de 500.000.
Sin embargo, es la extensión de las penas lo que verdaderamente
distingue la política carcelaria norteamericana. Sin duda, el simple
número de condenas impuestas allí no colocaría a Estados Unidos al tope
de las listas de encarcelamiento.
Si las listas fueran compiladas sobre la base de las admisiones anuales
a prisión per cápita, varios países europeos superarían a Estados
Unidos. Pero las condenas a prisión norteamericanas son mucho más
largas, de manera que el índice de encarcelamiento total es mayor.
Quienes cometen robo de una casa en Estados Unidos
pasan un promedio de 16 meses en prisión, en comparación con cinco meses
en Canadá y siete meses en Inglaterra.
Varios especialistas norteamericanos y extranjeros señalaron una
sorprendente explicación para el elevado índice de encarcelamiento en
Estados Unidos: la democracia.
La mayor parte de los jueces y fiscales en Estados Unidos son elegidos
y, por lo tanto, son sensibles ante una opinión pública que está, según
las encuestas, generalmente a favor de penalizar severamente los
crímenes. En el resto del mundo, los jueces en lo penal tienden a ser
funcionarios aislados de los reclamos populares para aplicar la ley con
todo el rigor.
Artículo de Adam Liptak, de The New York
Times, tomado de www.lanacion.com.ar . Gracias a
todos!
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