Estudiar no garantiza buenos empleos
Muchos
universitarios ocupan puestos muy por debajo de su preparación... y
esto también ocurre en Seguridad
El
problema de los trabajadores sobre educados
En Madrid, la Fundación de las Cajas de Ahorro ha analizado la
situación laboral de 20.009 españoles que concluyeron estudios
superiores y tienen un empleo. Han aplicado los métodos de
evaluación del proyecto Adult Education Survey, que se utiliza en todos
los países de la Unión Europea coordinado por Eurostat, y su
diagnóstico es demoledor:
España se sitúa a la cabeza de los países de la OCDE en empleados
sobreeducados; es decir, personas con una preparación académica muy
superior a las necesidades del puesto de trabajo que ocupan.
Estar
más educado no garantiza la productividad
¿Influye esta preparación en una mayor productividad? El informe
responde con un rotundo no, y se pregunta cuánto tiempo puede una
economía realizar una inversión tan costosa con resultados tan pobres.
Los directores del estudio presentado en Madrid, opinan que la primera causa de esta situación está en la
Universidad.
"Estamos hablando de trabajadores sobreeducados que, sin embargo,
carecen de las habilidades necesarias para desempeñar el trabajo."
Este contrasentido está en relación directa "con el tipo de docencia
impartida en las universidades", añaden.
Las
universidades no preparan a los alumnos para el trabajo real
"Los graduados se quejan de que los modos de enseñanza se siguen
basando en clases magistrales, dándoles poca importancia a las clases
prácticas, a la adquisición directa de experiencia laboral." Esta
formación academicista, exenta de habilidades prácticas, es el factor
que más influye, según el estudio, en los bajos salarios que perciben
en general los universitarios.
El salario exiguo no es la única consecuencia de este desajuste. Nieto
y Ramos insisten en que los sobreeducados padecen crisis de autoestima
y son carne de cañón para faltar al trabajo, muestran bajas por
depresión y escasa productividad. Ningún ingrediente adecuado para
sortear una crisis económica.
El informe recuerda también que España tiene un promedio de
estudiantes universitarios superior a la media de la OCDE y la
sobrepreparación nacional del 25% se enfrenta al 12% de media europea.
Al mismo tiempo, "el 50% de la población española tiene un nivel
educativo inferior al segundo ciclo de secundaria, mientras que para
la media de los países de la OCDE dicho porcentaje es del 30 por
ciento".
Es decir, al desajuste en los niveles superiores se añade el fracaso
en la educación obligatoria, con el récord europeo del 30% de
abandonos. La secundaria vuelve una vez más al foco de atención.
Florentino Felgueroso, profesor de Economía de la Universidad de
Oviedo e investigador de la Federación de Estudios de Economía
Aplicada (Fedea), señala:
"Llevamos dos décadas de sobreeducación. Los universitarios ocupan los
puestos de trabajo que deberían ocupar los titulados en bachillerato o
formación profesional, pero los empresarios todavía prefieren fichar a
un licenciado para ser auxiliar administrativo, y pagarle como tal,
claro".
De la titulitis nacional, Felgueroso responsabiliza en parte al
departamento administrativo que puntúa las licenciaturas en las
oposiciones. "Nos encontramos, como es el caso de la Universidad de
Oviedo, con que los bedeles son licenciados en Historia", dice.
La
sobreeducación en en el sector de la Seguridad
Este experto no le ve una salida a corto o medio plazo al problema,
pero apunta también a la necesidad de reformar la enseñanza secundaria
como paso previo para cualquier solución. Parece ser el talón de
Aquiles del sistema.
"Nuestra secundaria es tan mala -opina- que en primer año de carrera
tenemos que impartir clases que hace una década correspondían a la
Educación Secundaria Obligatoria. Pero como los chicos llegan
pésimamente preparados, hay que retroceder varios años para que salgan
de la Universidad medianamente bien. Como profesor, he notado un
cambio tremendo en la calidad de la enseñanza preuniversitaria en los
últimos diez años. Ahora llegan mucho peor."
En las deficiencias de esta etapa educativa ahonda también José
Antonio Martínez, presidente de la Federación de Asociaciones de
Directores de Secundaria y miembro del Consejo Escolar del Estado.
Un compañero suyo en el Consejo, del que no da el nombre, dice: "Nos
pasamos la vida poniendo trabas para que los niños estudien". Tan
severo diagnóstico se queda, según la opinión de José Antonio
Martínez, bastante corto. "No me sorprende nada que los informes sobre
nuestra educación sean tan descorazonadores", señala.
"En España se ha generado una cultura de
veneración hacia la universidad, y las universidades han proliferado
en los últimos años como setas. Pero el problema lo tenemos en nuestra
etapa. La secundaria es nefasta. Seguimos con estudios iguales
para todos y eso es irreal. A un niño de 11 o 12 años le puedes
obligar a cursar una enseñanza uniforme, pero a uno de 15 o 16, no.
Habría que dejarles optar entre sus intereses, habilidades o
aficiones.
Actualmente estamos viviendo un drama terrible: los chicos que
dejaron los estudios en busca del dinero que generaba la construcción
están ahora merodeando por las puertas de los institutos, y no tenemos
solución para ellos. Nuestro sistema es tan rígido que al que se
marcha prácticamente le impide volver. Es muy triste ver a esos
adolescentes tan perdidos, sin nada que hacer, sin futuro", concluye
Martínez.
NE:
Estimado Colega, publicamos este artículo ya que, según vemos en
toda Hispanoamérica, en Seguridad estudiar tampoco garantiza buenos
empleos. Por ejemplo en España, hay muchísimas personas de Seguridad
que estudian para Director de Seguridad; hay incontables cursos para
ello. Pero en el país hay pocas plazas de Director de Seguridad…
que ya están ocupadas.
Al mismo tiempo existe gran cantidad de trabajadores de seguridad
“sobreeducados”, por ejemplo muchos Guardias que han completado
estudios de Director de Seguridad, o cursos de criminología,
etcétera.
Y en cuanto a los establecimientos educativos, y muy especialmente
las Universidades, creemos que deberían repensar su propio rol de
modo crítico.
Con harta frecuencia ofrecen estudios
de seguridad puramente teóricos, pero sus graduados carecen de las
habilidades necesarias para desempeñar tareas habituales en
seguridad, por ejemplo confeccionar un buen estudio de seguridad en
forma autónoma.
Y por
otra parte, ofrecen carreras que - ya se sabe - sólo
producirán graduados frustrados, porque nunca van a poder insertarse
laboralmente ejerciendo aquello que han estudiado… para reflexionar,
¿no le parece?
.
© Ediciones El
Pais, SL. Tomado del sitio web
de La Nación,
www.lanacion.com.ar . Gracias a ambos!
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