Economías ilegales y mercado mundial
Circula una
masa monetaria ilegal de una magnitud insospechada, proveniente de
mercados ilícitos
Por Fernando Carrión Mena
La violencia delincuencial sufre un cambio sustancial desde los años
ochenta, debido a tres consideraciones mundiales: primero, la reforma
del Estado permitió la privatización de la producción y el comercio de
armas, la pérdida del monopolio de la fuerza pública, la apertura de
las economías, el incremento de la fluidez del dinero virtual y las
nuevas funciones de las fronteras.
En segundo lugar, se impulsaron las
reformas económicas neoliberales que promovieron la economía de
mercado, las políticas de desregulación, las economías offshore y los
paraísos fiscales, las cuales terminan por estimular e incentivar las
economías ilegales.
En tercer lugar, la revolución
científico-tecnológica generó la integración de los mercados legales
con los ilegales, el lavado de activos, el incremento de la velocidad
del movimiento económico y la emergencia de nuevos delitos como: los
informáticos, la movilidad de las personas o la exportación de
órganos, que es posible gracias al avance de la medicina y de la
tecnología de su traslado.
Como resultado de estas transformaciones, se tiene una masa monetaria
ilegal proveniente de mercados ilícitos de una magnitud insospechada.
Los datos a la mano nos muestran que, en 1998, Michel Camdesu estimó
entre el 2% y el 5% de la economía mundial, mientras Moisés Naim en
2004 lo hizo por un volumen del 10%. Esto significa que se duplicó en
seis años, lo cual muestra una tendencia alcista que ahora debería
estar sobre el 15%. Sin duda, cantidades inconmensurables.
En América Latina habría habido un
movimiento de recursos por el 6,3% del PIB a principios de la década
pasada (2002), lo cual significaría una cantidad no menor a $70 000
millones. En la actualidad solo dos países: México con $35 000
millones y Colombia con cerca de $10 000 millones, alcanzarían el 64%
de ese monto. Por eso se puede afirmar que, en la región, la cifra
debe ser superior a los $100 000 millones.
¿Dónde se encuentra esta masa monetaria?
Para responder la pregunta hay que
recurrir a las normas internacionales: entre el 25% y el 35% de ese
dinero sirve para reproducir el ilícito; esto es, para corrupción,
tecnología, sueldos, sicariato y otros rubros y delitos conexos.
Si esto es así, el dinero restante
estaría en los mercados legales menos regulados y de más rápida
liquidez, como son el turismo, la construcción, el comercio y ciertos
servicios. Esta lógica conduce al vínculo directo entre mercados
legales e ilegales, gracias a la existencia de una zona franca de
integración que hace posible que el límite de lo legal y lo ilegal sea
difuso. Más aún si se tiene en cuenta la alta rentabilidad y la gran
liquidez de los mercados ilegales.
Todo esto es posible gracias a los actores que
están tras del proceso: vivimos el tránsito de la organización
delictiva a un sistema integrado de organizaciones internacionales
constituidas en red, bajo las figuras de holding, tercerización y
franquicia. Las organizaciones en red se gestionan desde zonas de bajo
riesgo (débil control institucional) y se dirigen hacia los países
ricos, siguiendo las rutas comunes del intercambio comercial.
Por la masa monetaria que manejan y por la lógica de sus actores,
se puede afirmar que las economías ilegales están cambiando las
dinámicas del sistema mundial de comercio; al extremo de que el siglo
XXI puede ser considerado el de las redes mafiosas de la economía,
gracias a la corrupción estatal y a la inversión en los mercados
legales.
Fernando
Carrión Mena es funcionario de FLACSO. Material tomaro de
www.hoy.com.ec . Gracias!
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