Los objetivos fundamentales de la protección física en las instalaciones
son mantener un ambiente seguro para el personal que allí labora; así
como también los activos, la continuidad operacional y la propiedad
intelectual.
Los diferentes roles y actividades que se llevan a cabo en las diversas
instalaciones, sean públicas o privadas, así como los ambientes que las
rodean nos conducen a pensar que ninguna norma de seguridad física puede
ser extendida y aplicada universalmente a todas las instalaciones.
Por lo tanto, en el presente artículo intentaremos resumir un Decálogo
de Principios que cada organización debe aspirar alcanzar; pudiendo
identificar en ellas los requerimientos particulares de cada caso, a fin
de ser aplicados racional y eficazmente.
La primera fase decisiva en toda actividad de protección física
es identificar los riesgos y las amenazas; entendiendo éstas como
toda actividad que puede causar pérdidas o atentar contra los activos de
la organización, sólo así es que podemos tener una apreciación sensata
sobre las necesidades de protección física y como aplicar las medidas de
protección necesarias.
Para tal objetivo, deberá tenerse presente las inspecciones periódicas
de protección física de las instalaciones, que nos ayudarán a evaluar
los niveles de seguridad existentes. Estas medidas podrán variar de
instalación a instalación, pero deberá existir un factor constante: las
medidas de protección deberán estar orientadas a reforzar la imagen de
la empresa y servir de elemento altamente persuasivo en relación con los
riesgos y amenazas existentes.
Cabe resaltar, que la aplicación de medidas aisladas de seguridad y
protección física raramente funcionan por sí solas; sólo bajo la
combinación de todas estas podemos profundizar y optimizar los niveles
de protección.
Optar por la protección física no es una alternativa económica, pero es
eficiente y rentable para garantizar la misma; en especial después de
haber alcanzado el nivel apropiado, por lo cual será necesario
profundizar en algunas premisas a cumplir que hemos querido resumir en
este
Diez
Principios Generales de Protección
Física
1. Las medidas
de protección deberán estar orientadas a prevenir los accesos no
autorizados a las instalaciones. Deben disuadir cualquier intento de
acceso no autorizado; también deberán detectar y retardar la presencia
de personas planificando o llevando a cabo tales intentos, al mismo
tiempo ofrecer un tiempo y capacidad de respuesta adecuado ante los
mismos.
2. Será necesario evaluar la instalación tomando en cuenta:
- La importancia del entorno en el cual se encuentra ubicada la
instalación,
- Los riesgos y amenazas locales o regionales de las instalaciones y
la organización,
- El clima de seguridad nacional.
3. Las medidas de protección por si solas no proporcionarán la
protección adecuada; ellas deben ser apoyadas por todo el personal que
allí labora siendo conscientes y ejerciendo sus responsabilidades de
seguridad.
4. También será necesario clasificar las áreas, materiales, equipos y
recursos estableciéndose prioridades conforme aquellas que sean las
mas críticas y vulnerables.
5. Los medios de protección empleados no sólo deben ser eficaces,
también deben parecerlo, esto persuadirá a los delincuentes; de lo
contrario, pueden acarrear severos problemas comprometiendo la
seguridad de la instalación.
6. El uso de medidas de protección imprevisibles son un poderoso
disuasivo para los delincuentes.
7. Las medidas empleadas no sólo deben prever los escenarios actuales;
también deben anticiparse a los escenarios potenciales; si una
situación seria se genera en el futuro, será demasiado tarde y su
implementación resultará más costosa.
8. Para optimizar los niveles de protección será necesario incorporar
el uso de tecnologías, como los sistemas electrónicos de protección
que permitan reducir los costos de la fuerza de guardia.
9. La tecnología no necesariamente ahorra fuerza de guardia, pero sí
optimiza y potencia sus capacidades actuales.
10. Los materiales y la información crítica deben concentrarse en lo
posible, en un solo lugar.
Finalmente, la
experiencia nos ha enseñado que ninguna medida puede garantizar la
protección contra individuos decididos o grupos organizados que tienen
el tiempo y la información necesaria, así como también la disposición a
emprender una actividad delictiva contra cualquier organización o
persona.
Pero la aplicación de estos principios sin duda nos ayudará a
reducir las probabilidades de ocurrencia; y de suceder minimizar su
frecuencia, impacto y severidad.
Miguel Angel González es Consultor y
Gerente de Seguridad venezolano. Gracias!
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